By María Eugenia Morro Geras
Este post me lo han inspirado Beatriz Santiago Lerma y sus colaborador@s, que con su arduo trabajo en el Proyecto CESA, en estos 4 años, han conseguido el bienestar para los felinos callejeros de Villabrázaro, con más de 20 gatos castrados y desparasitados, con alimentación y bebida adecuada, y han podido dar en adopción otros 25.
¡Enhorabuena por su labor!
Eso de que los gatos son muy independientes, que van a lo suyo, que no quieren a los humanos, que no son amorosos, que se escapan…Pasa como con los niños/as: educación. Si a un animal le tratas con todo el respeto, amabilidad y cariño con el que tratarías a una persona, éste te va a responder de la misma forma, con sus características de que es un cazador nato, pero bueno y un encanto. Los gatos llevan miles de años siendo animales domesticados, y hasta han sido venerados como Dioses en el Antiguo Egipto. Por algo será ese magnetismo tan especial.
Durante casi 16 años, tuve un gato. Cogerle fue el mayor acto de libertad de mi vida. Vino a casa el 1 de noviembre de 2000, Día de Todos los Santos, y fue siempre mi amigo cariñoso y fiel, tanto en la salud como en la enfermedad.
Bergie (pronunciado “Beryi”), se me ocurrió como una derivación de Cyrano de Bergerac, pues consideraba que el gatito tenía los mismos valores por los que se regía este personaje literario: bondad, valentía, coraje y corazón.